Huellas, memoria y tiempo
El arte para mí no es una profesión u ocupación solamente, es mi esencia. Soy muy consciente de la implicancia de lo visual en nuestras vidas y cómo “somos lo que vemos”.
Conozco a José María Díaz-Maroto durante una Masterclass que tomé con el fotógrafo José María Mellado recorriendo el Norte de España unos años atrás. Tuve la oportunidad de que Díaz-Maroto revisara algo de mi trabajo y fue en este encuentro que él me animó a hacer una publicación con mi obra. Diaz-Maroto es un fotógrafo, editor y curador de gran prestigio en el medio fotográfico y artístico de España y sin su respaldo no estaría hoy contándoles de mi vida y mostrando mi historia a través de fotos y textos en mi libro “Huellas, memoria y tiempo”. El libro se editó y se imprimió en Madrid. Tuve la gran fortuna que la imprenta Brizzolis aceptara el trabajo. Es una de las mejores imprentas del mundo para libros y catálogos de arte y fue gracias a la editorial Calma y Sosiego que tuve acceso a esta maravillosa imprenta de la más grande talla mundial, que hizo de mi libro realmente un producto de lujo.
La diagramación y el estilo del libro estuvo a cargo de José Maria Diaz-Maroto. Los correos iban y venían y teníamos comunicación permanente por teléfono y whatsapp para revisar los avances. Hubo mucha química y el proceso de crear el libro fue una experiencia muy enriquecedora para mi. Me quemé las pestañas y creo que me aumentó la miopía de tanto estar prendida de la pantalla de mi computadora trabajando las fotos, una a una, escribiendo, corrigiendo… Aprendí mucho.
Para la sección en blanco y negro en la parte central del libro tuve que escanear mis negativos antiguos (de las imágenes que junto con Maroto elegí para la publicación) y eso logré hacerlo gracias a la instrucción de Mayra Alpiste en Lima. Mi profesor de Fotografía en Corriente Alterna (otro de los tantos Institutos por los que pasé y estudié a lo largo de los años…) me había recomendado ya en otra oportunidad contactar a Mayra para temas de edición digital, y debo decir que no hay nadie igual en ese tema. Su dedicación y perfeccionismo son contagiosos y lo que he aprendido con ella hoy me parece imprescindible. La calidad de las fotos que se lucen en el fotolibro no hubieran sido iguales sin el apoyo que tuve de Maroto en Madrid y Mayra en Lima. Y ahora, además, tenemos una linda amistad.
En cuanto a la esencia del libro…
No hay un orden determinado en la diagramación. Uno puede leer el libro hacia adelante y hacia atrás. No es lineal ni circular; fluye en base a una secuencia de lógica totalmente visual. El contenido es inherente a mi persona… son recuerdos de bitácora, de mi vida familiar, de viajes, de paisajes, de gente de aquí y de allá, de mi barrio, de mi ciudad… es bastante libre. El conjunto resulta ser como una cornucopia de imágenes entrelazadas en base a su composición, formas, color y ritmo visual.
Los textos acompañan, sugieren temas y un hilo conductor. Pero a pesar de que el contenido o significado de lo que presento es inherente a mi persona, a mi vida como mujer, como madre… a mi familia, a mi entorno y mis viajes… al pasar las páginas se sentirá que las fotos van más allá de mi experiencia particular.
Quiero afirmar con esta publicación mi “necia” búsqueda de la belleza y de una armonía visual y destacar el estímulo placentero que representa la estética; y que agarrarse de ella es como sostenerse de una baranda frente a un abismo del vacío espiritual que abunda en nuestro entorno actual con la celebración de lo feo, lo cruel y lo escandaloso…
El prólogo lo escribe mi amigo Mauricio Novoa y la introducción la narra José María Díaz-Maroto. Al centro del libro hay una nota autobiográfica y a lo largo del libro he reunido letras de canciones que me tocan el corazón. Aprendí de chica a tocar y leer música clásica. Pero luego conocí la música rock y pop con mi marido. Entre una de sus tantas aficiones y talentos, siempre tuvo pasión por la música contemporánea. Escuchábamos su colección de vinilos y la radio. Son más de 30 años ya que la música que él me hace escuchar le pone sal y pimienta a mi vida. Es algo que compartimos con nuestros 4 hijos también. La música te pone en onda, la música acompaña, la música consuela, la música así como el arte visual es un refugio de paz y sosiego para el alma. Al incluir estas canciones en las páginas de mi libro y sugerir el maridaje de música con mis fotos, busco rendirle un homenaje a mi marido, José Antonio, quien es mi compañero de siempre y el amor de mi vida. La playlist para escuchar las canciones está en Spotify. Se puede buscar con el nombre del libro también.
Quiero que el libro produzca placer, sea cómodo en mano y se goce revisando una y otra vez. Que sea como disfrutar de un “banquete” visual maridado con música y extractos de poesía.